Ante la escasez de financiamiento y los estrictos criterios de elegibilidad en el análisis del crédito por parte de la banca, existen diversas fuentes de financiamiento no-tradicionales que nos permiten disponer de liquidez para el desarrollo y la ejecución de proyectos. Estas fuentes de capital son complementarias al financiamiento que ofrece la banca ya que asume un mayor riesgo, no requiere garantías adicionales y son específicas por proyecto. El adelanto de fondos contra órdenes de compra o contratos, conocido en inglés como contract financing, tiene varias ventajas y facilita el acceso a capital de trabajo con la finalidad de cumplir con el objetivo, alcance, expectativas y términos del contrato.
A diferencia del factoring, donde primero se ejecuta el contrato para luego emitir una factura que es descontada y pagada, el contract financing permite recibir por adelantado y a la firma del contrato, el capital de trabajo necesario para asignar los fondos y cubrir los gastos directos del proyecto tales como nómina, inventario, maquinaria, equipo, materiales y otros relacionados específicamente al desarrollo del mismo. Las empresas pueden utilizar el mismo contrato u orden de compra como garantía, y se adelanta hasta un máximo del 80% del valor nominal para hacer frente a los requerimientos del proyecto mientras que el 20% restante se usa como reserva para cubrir los intereses del financiamiento y gastos asociados con la transacción. En caso de existir un remanente sobre la reserva del contrato, sería devuelto a la finalización del proyecto, una vez aceptado y certificado por el cliente.
El contract financing se caracteriza por ser un financiamiento no-tradicional de corto plazo, específico para cada proyecto, con una duración inferior a los dieciocho meses y que adapta las condiciones de repago de la deuda a la naturaleza y criterios de cada proyecto. Adicionalmente, existen tres aspectos básicos de elegibilidad que debemos de tomar en consideración a la hora de considerar este tipo de financiamiento. El primer paso es demostrar que tenemos experiencia desarrollando este tipo de proyectos con clientes reconocidos y de primer orden. Normalmente aquellas empresas que estén registradas como proveedores del gobierno estatal o federal, o aquellas con contratos u órdenes de compra vigentes con compañías multinacionales pueden ser elegibles para recibir este tipo de financiamiento. Resulta clave tener evidencia de que hemos cumplido satisfactoriamente con los requerimientos de los proyectos en los que hemos participado anteriormente. En este sentido, las referencias de clientes importantes nos ayudan a obtener un resultado más positivo aún.
El segundo paso implica evaluar la capacidad financiera del cliente quien responde económicamente por el contrato y paga por los productos o servicios recibidos. De ahí que lo ideal para que el contract financing sea viable es que éstos sean solventes, tengan reconocimiento y posean una capacidad de pago sólida y demostrada. Esto representa un aspecto crítico ya que si existe algún tipo de incertidumbre sobre estos factores, la tasa de interés podría aumentar debido a la percepción de riesgo por parte de quien financia el contrato.
El tercer paso es analizar el margen del proyecto para determinar si existe una rentabilidad suficiente como para absorber todos los costos del proyecto, además de los del propio financiamiento. Normalmente, el margen para financiar proyectos a través del contract financing es como mínimo del 40%. A pesar de que el margen de un proyecto normalmente depende de diversos factores tales como el alcance, duración, industria y cliente, el mismo representa un factor clave a la hora de evaluar la viabilidad económica del proyecto y determinar si cualificamos para este tipo de financiamiento.
Actualmente existen varias entidades financieras que comercializan y se especializan en proveer contract financing a empresas a cambio de una comisión en adición a los intereses pagados por financiar el proyecto. En mi opinión, esta alternativa de financiamiento resulta interesante para medianas empresas que tengan oportunidad de crecimiento a corto plazo pero que no dispongan de liquidez en su línea de crédito, cuenten con un margen prestatario limitado y carezcan de colaterales suficientes. En este sentido, el contract financing puede ayudar a generar ingresos adicionales, reclutar personal nuevo, invertir en equipo e inventario y además permite a las empresas disponer de un mayor margen de maniobra para no dejar escapar oportunidades de negocio que se presenten en el futuro. Para mayor información, se puede comunicar con este servidor a: msullivan@sullivanconsultingpr.com.